Dos miradas, un mismo delirio: Sebastián Margulis y Manuel Lavandera en Artera Museum...
(Y no, no es un chiste. Es Artera Museum)
Una charla a cargo de Oscar Z.
En Artera no buscamos “entrevistar” a los artistas. Preferimos sentarnos con ellos, servir un buen café y empezar a tirar del hilo hasta que las palabras salen solas sin esfuerzo. Esta vez, compartí ese ritual con dos mentes potentes y bien distintas: Sebastián Margulis, el bisturí emocional disfrazado de collage, y Manuel Lavandera, un guitarrista que se puso a pintar sin dejar de tocar.
¿Resultado? Una conversación sincera, sin filtros, donde se habla de arte, delirio, contratos sociales, tinta desatada y fantasías que —spoiler— son cosa seria.
🎨 Sebastián Margulis
Crítico del contrato social. Experto en miradas que incomodan (y eso está buenísimo).
Oscar Z: Bueno, Sebas... ¿de qué va todo este universo que trajiste a Artera?
Sebastián: Del ser humano. Estados de ánimo, climas enrarecidos, encuentros, desencuentros... y personajes que te miran como si te conocieran de otra vida. O peor, como si te obligaran a verte en ellos. Me gusta esa tensión con el espectador.
O.Z.: El collage es tu lenguaje... ¿por qué?
S.M.: Porque tiene sorpresa. Me saca del lugar cómodo. Me obliga a jugar con imágenes y composiciones que no tenía previstas. Y eso... eso es jugoso.
O.Z.: En tu última muestra hablaste de Identidades y Contratos... ¿firmamos uno al ver tus obras?
S.M.: Ojalá lo rompas. Era una muestra sobre los pactos sociales, los explícitos y los que nadie confiesa. Me interesa lo que está escondido. Las hipocresías, los intereses detrás de “lo correcto”.
O.Z.: Técnicamente, ¿te riges por algo o vas full rockstar?
S.M.: Depende del día. A veces necesito ser más narrativo; otras, me suelto con tinta y gesto puro. Hay mucho de estado de ánimo ahí... soy bastante anfibio.
O.Z.: ¿Y cómo te cae el hecho de exponer en un lugar como Artera Kafe?
S.M.: Me encanta cuando el arte te agarra desprevenido. En una galería el espectador va “preparado”. En un café lo podés golpear con algo visual mientras toma un cortado. La provocación es un lujo.
O.Z.: ¿Y si tus obras pudieran hablar?
S.M.: Dirían tantas cosas distintas que sería una ensalada. Y está bien. Cada uno le pone su carga emocional y sus fantasmas. Lo mío es apenas una chispa.
🎸 Manuel Lavandera
Músico, pintor, jugador serio de fantasías humanas.
Oscar Z: Sos músico de alma… ¿y ahora pintás como si estuvieras improvisando una jam session?
Manuel: Totalmente. Tengo cerebro musical. La pintura, para mí, tiene ritmo, armonía, texturas... y hasta silencio. La improvisación no es “hacer lo que sea”, es dejar que el conocimiento fluya con libertad. Como en la música, prefiero mostrar una idea bien desarrollada en varias obras, no empastar todo en una sola como si fuera el último tema del disco.
O.Z.: ¿Hay emociones ocultas en esta serie que el espectador no ve?
M.L.: Claramente. Mis personajes son diseños emocionales. Me gusta que parezcan humanos inventados. Y me encanta que al verlos, el otro se aleje un poco de lo conocido. No creo que haya que explicar una obra; hay que ayudar a que el otro se delire, como uno lo hizo al crearla. Fantasear es una actividad seria.
O.Z.: Tus trazos son intensos, gestuales... ¿por qué ese lenguaje?
M.L.: Porque son metáforas. Porque es mi manera de no explicar nada literalmente. Cuando éramos chicos teníamos amigos imaginarios, cambiábamos de personaje cada dos minutos. Bueno, pintar es eso. Jugar sin que te dé vergüenza.
O.Z.: ¿Tenés alguna obra favorita de esta muestra?
M.L.: No puedo elegir solo una. Por eso hice varias. Pero te tiro una idea: ¿y si un día las juntamos todas, sin espacios, como un gran mosaico? A ver qué pasa. Ni yo sé qué saldría de eso.
O.Z.: ¿Qué pasa cuando tu obra se encuentra con el ambiente de Artera?
M.L.: Se potencia. Lamentablemente, el arte muchas veces está fuera de la vida cotidiana. Artera es una rareza: pintura, música, café y torta... todo conviviendo sin necesidad de solemnidad. Me encanta eso. Y cuando alguien me dice lo que le hizo sentir una obra, descubro cosas mías que ni yo tenía presentes.
O.Z.: ¿Qué te gustaría que sienta quien se para frente a tus cuadros?
M.L.: Nada en particular. O todo. Que se anime a imaginar su historia. Que se deje llevar. El arte es la expresión del ser. Y sin fantasía, el ser humano se apaga. Por eso pintamos, bailamos, escribimos mitos… los artistas somos chamanes por un rato. Y ojalá todos lo fuésemos más seguido.
☕ Arte que también se bebe
Oscar Z: En esta expo, sus obras también se pueden tomar. Literal. Lanzamos una edición exclusiva de café Artera Kafe ilustrada por ustedes, y ya volaron casi 20 bolsas en los primeros 5 días de muestra. ¿Qué les pasó cuando vieron su obra convertida en un envase de café?
Sebastián Margulis: Me fascinó. No solo por la estética, sino porque es una forma de que el arte circule en la vida real. Es un objeto que se lleva a casa, pero que también se consume, se huele, se comparte. Es otra capa de experiencia emocional.
Manuel Lavandera: Me pareció mágico. Es como si la obra bajara del muro para sentarse en la mesa con vos. Que alguien tome café con tu creación en las manos es otro tipo de diálogo… íntimo, cálido, cotidiano.
O.Z.: ¿Cómo describirían este lote de café si fuese una obra más de la exposición?
Sebastián: Lo veo como una pieza de edición limitada, como un collage bebible. Cada bolsa tiene un trazo de arte y un fondo de aroma. Es provocadora desde otro sentido.
Manuel: Un ritual. El café como excusa para conversar, inspirarse, crear. Esta edición es eso: un objeto bello que te despierta por dentro. Como una buena obra. O como un buen riff.
☕ Final con café en mano
Después de esta charla, no queda más que invitarte a Artera Kafe. A mirar, a fantasear, a delirar. Y si te animás, a jugar de nuevo. Como cuando eras niño.
El arte no muerde. Pero a veces muerde justo donde hace falta.
Oscar Z. Guion y fotos. Ph. Nelson G.1
